Es divertido preguntar a la gente la opinión que les merece éste artista, yo ya he escuchado de todo: “es un perturbado, un genio, está loco, es brillante…” Lo que es seguro, es que no crea indiferencia. Más allá del escándalo o de la sonrisa que genera una primera impresión nos encontramos con una crítica corrosiva al simbolismo patente en la sociedad actual: Su obra sin lugar a dudas pone en tela de juicio el egocentrismo; la cultura del yo, la religión, la autoridad, lo convencional; lo establecido… Intentando conducir al espectador a una reflexión sobre el pacto social. Una de las cosas que más admiro de la obra de Cattlan es sin duda su provocación, donde unos ven una imagen otros descubren un discurso.
Algunos enlaces de interés: Fondazione Nicola Trussardi | Perrontin